Teatro Matamoros, la obra negra de Morelia #Fotos
Rodrigo Caballero/ @RodCaballero
Morelia, Michoacán. Desde que se retomó la obra para la reconstrucción del Teatro “Mariano Matamoros” de la ciudad de Morelia en 2009, la obra ha recibido unos 465 millones de pesos en montos presupuestales que a veces se ejercen y a veces no.
Desde hace seis años, el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal han invertido un promedio de 41 millones de pesos anuales para que se termine de construir una obra que no parece tener fin.
Visto por dentro, el Teatro Matamoros está en obra negra y los carteles promocionales para su reapertura en su fachada han sido cambiados tres veces porque con el paso de los años el sol los decolora y los hace pedazos.
Además, la serie de subejercicios de dinero público convirtieron al teatro en un proyecto que no era prioritario y le quitaron su presupuesto desde el 2012, acción que no impidió que por dos años más continuara alimentándose del erario.
Malo, feo y caro
Lo que motivó que la obra del Teatro Matamoros dejará de recibir presupuesto fue que -en 2011- hubo una inspección por parte de la Auditoría Superior de la Nación (ASN) que registró violaciones a la Ley de Obras Públicas en ocho contratos por un monto de 138 millones de pesos; más de la mitad de lo que se ha invertido.
La ASN resolvió que los contratistas estaban trabajando “a la libre”, es decir, sin ninguna vigilancia respecto al tiempo de entrega, dinero utilizado y estándares de calidad apropiados tanto para la mano de obra como para los materiales requeridos.
Todas las observaciones de la obra fueron plasmadas en el documento AEGF/0582/2011 que fue firmado por el ingeniero Juventino Pineda Pinto, auditor especial del Gasto Federalizado de la Auditoría Superior de la Federación.
Una de ellas apunta que el equipamiento del teatro Mariano Matamoros se justificó con una factura de 6 millones 800 mil pesos a pesar de que ese mismo gasto se había cubierto con otras facturas que incluían el equipo de iluminación del inmueble.
Juventino Pineda Pinto apuntó que no se respetaron los gastos mínimos para adquisición de equipamiento del teatro y, además, existen aditamentos con “tecnología de punta” que nunca fueron instalados.
Tras días de auditar los contratos, Juventino Pineda concluyó su informe asegurando que el teatro era básicamente una “obra negra”.
No hay dinero para trabajadores
Por si fuera poco, a pesar de la gran cantidad de dinero que se invirtió en contratistas, muchos trabajadores se han quejado que no recibieron sus salarios durante el tiempo que estuvieron en la obra.
El 10 de septiembre de 2015, Cuauhtémoc Cárdenas Batel demandó al Gobierno del Estado de Michoacán por más de 2 millones de pesos en prestaciones laborales que afirmó no se le habían pagado.
Durante el gobierno de Leonel Godoy Rangel, Cuauhtémoc Cárdenas Batel fue uno de los impulsores de dicha reconstrucción como parte del fideicomiso que se asignó para dicha obra.
Sin embargo, su demanda resultó improcedente y el exsecretario de gobierno, Jaime Esparza Cortina aseguró que se le iba a llamar a rendir cuentas por su participación en la reconstrucción del teatro ya que “si hizo uso indebido del dinero deberá explicarlo y argumentarlo en su momento”.
Al final del día, Cuauhtémoc Cárdenas no fue llamado a resolver la problemática y ningún funcionario fue obligado a presentar informes por la cantidad de dinero que absorbió la obra.
Ahora sí será transparente
El lunes 30 de noviembre de 2015, el Cabildo de la ciudad de Morelia aprobó la creación de un comité encargado de revisar y hacer transparente la documentación del Teatro Matamoros.
Durante la sesión ordinaria, el pleno del Ayuntamiento aprobó que sea un comité especial el que busque dar certeza a la ciudadanía acerca de cómo, cuánto, dónde y en qué se gastó dentro del teatro.
Sin embargo, el presidente municipal, Alfonso Martínez Alcázar no aclaró si dicho comité tendrá facultades para llamar a rendir cuentas a funcionarios y exfuncionarios por lo que no se sabe si habrá culpables por la que fue llamada la obra negra de Morelia.