Presea Generalísimo Morelos se entregaría a violador de los derechos humanos de los michoacanos

Académicos, estudiantes y activistas recolectan firmas para que el Ayuntamiento de Morelia no entregue la presea Generalísimo Morelos a Agustín Arriaga Rivera (post mortem), uno de los prospectos a recibir este reconocimiento que cada año entrega el Cabildo moreliano.

El motivo es porque el aludido promovió diversas agresiones contra los estudiantes, incluso propició todo para que los cuerpos de seguridad del Estado asesinaran a los estudiantes Everardo Rodríguez Orbe y Manuel Oropeza García, en 1966 y 1968 respectivamente.

Es por ello que activistas enviaron una carta firmada (https://chn.ge/2InCYS6) al presidente de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, para que no cometa el error de entregar esta distinción al exgobernador de Michoacán, quien se caracterizó por contravenir el legado libertario de José María Morelos y Pavón y los postulados que estableció en su valiosísimo documento Sentimientos de la Nación.

Los estudiantes asesinados, uno durante una manifestación casi frente al Colegio de San Nicolás, y otro sobre la azotea del mismo colegio durante un movimiento para defender la universidad contra las medidas que pretendía imponer el mismo exgobernador.

En esta carta se enlistan los motivos por los que el Ayuntamiento de Morelia no puede entregar la presea a un personaje que agredió a los morelianos, a los michoacanos y a los nicolaitas, entre los que se encuentran:

Cometió arbitrariedades contra los campesinos asesinados en la pequeña localidad de Choro, del Municipio de Villa Escalante, Michoacán.

El arbitrario intento de cobrar por la entrada al Panteón Municipal de Morelia el día 2 de noviembre, lo que no logró debido al enorme descontento que esto provocó entre los ciudadanos de esta bella ciudad.

El trato que le dio a la Universidad Michoacana, contra la cual mantuvo un permanente acoso, a través del recorte presupuestal, la persecución y agresión física selectiva a varios distinguidos nicolaitas, tanto estudiantes como maestros; en dos ocasiones hizo uso de la fuerza pública militar y policiaca para agredirla.

El 14 de marzo de 1963 logró que el Congreso del Estado derogara la Ley Orgánica de la Universidad, que había sido aprobada en 1961 y en base a la cual había llegado a la Rectoría el Dr. Elí de Gortari, un hombre de ciencia que le dio un gran impulso a la Institución; con ello, el Rector fue destituido y en el transcurso de la noche llegó a Morelia un fuerte contingente militar del orden federal, violando así la soberanía del Estado y los principios del federalismo y del municipio libre.

Colegio de San Nicolás, en cuya azotea había un buen número de estudiantes nicolaitas haciendo guardia para defenderlo. El 15 de marzo de 1963 el ejército les disparó, asesinando al estudiante Manuel Oropeza García e hiriendo de gravedad a Ramón Muñiz y a Luis Mejía.

El 2 de octubre de 1966, para protestar por el alza de la tarifa del transporte los estudiantes organizaron un mitin afuera del antiguo Cine Colonial, hoy Teatro Matamoros. Antes de empezar, llegaron elementos de la policía judicial y les quitaron el equipo de sonido, por lo que los siguieron hasta la Procuraduría del Estado, atrás de Palacio de Gobierno. Allí los estudiantes fueron recibidos a golpes, cadenazos y, de repente dispararon, asesinando al estudiante Everardo Rodríguez Orbe.

Esto desencadenó un gran movimiento de protesta en la Universidad, respaldado por su Rector y su Consejo Universitario, el cual duró hasta el 8 de octubre. Este día, nuevamente y en mayor cantidad, llegó el contingente federal a sitiar la ciudad de Morelia y, unido a la fuerza michoacana, desde temprano empezaron a detener a estudiantes brigadistas en varios puntos de la ciudad.

Por la tarde-noche llegó al Centro Histórico un cuerpo de caballería que, con el sable desenvainado, empezó a golpear a todos por igual, tanto universitarios como ciudadanos que iban pasando.

En esta ocasión al Colegio no sólo le dispararon desde afuera, sino que se metieron a caballo, incluso hasta el segundo piso. Después siguieron con el allanamiento de todas las instalaciones universitarias, de todas las Casas del Estudiante, de todas las casas habitadas por estudiantes, profesores y autoridades. Hubo cientos de detenidos, llevados al Cuartel Militar de la ciudad, donde estuvieron varias semanas, durante las cuales algunos fueron liberados y los que consideraron más peligrosos, fueron trasladados a la Penitenciaría, donde hasta hace poco estaba el CERESO de Morelia.

Por lo anteriormente expuesto, en el entendido que podrían mencionarse mucho más atropellos a los principios del federalismo, del municipio libre, a la soberanía municipal de Morelia, a la estatal de Michoacán, a la autonomía de la Universidad Michoacana, a la dignidad y seguridad de los ciudadanos morelianos y michoacanos, Agustín Arriaga Rivera es el menos indicado para recibir tan grande honor, como lo es la Presea Generalísimo Morelos.