Investigadores alertan por contaminación de metales pesados en Morelia

Antonio Aguilera / @gaaelico

Las colonias de Morelia, ubicadas en la salida a Quiroga, sufren el impacto directo de la contaminación de los mantos freáticos por metales pesados debido a la presencia de lixiviados, derivados vertidos industriales y hospitalarios en el relleno sanitario de la ciudad.

No obstante, a pesar de la gravedad del problema que se ha denunciado desde hace años, las autoridades municipales hacen caso omiso a las advertencias de los riesgos en la salud humana.

A decir de diversas investigaciones de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), en la Cuenca de Cuitzeo, que forma parte de la macro-cuenca del Lerma, es donde se ha agravado el problema de lixiviados por los tiraderos de basura al aire libre.

Resultados de estas investigaciones que en los últimos 10 años han realizado los académicos del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas de la Casa de Hidalgo, advierten que este, se ha convirtiendo en un grave caso para la salud humana y la afectación ambiental.

Ante esta situación, las investigaciones que encabeza Isabel Israde Alcántara, del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas, han propuesto en reiteradas ocasiones que desde el Ayuntamiento e Morelia y los municipios que forman parte de su zona metropolita se plantee una política intermunicipal para atender la problemática, toda vez que sólo en el 2008, se detectaron más de 150 vertederos clandestinos en las cercanías de tenencias y caminos rurales, lo cual está agravando el problema.

En el caso de Morelia, los investigadores han detectado vertidos industriales y hospitalarios. En el relleno sanitario de la capital se tiene detectada la emisión de gases tóxicos, como metano y lixina generados en las 34 hectáreas del tiradero.

El problema de contaminación del agua es tal, que en la región de Morelia-Capula, en donde se concentran grandes conjuntos habitacionales como Villa Magna, La Hacienda, Del Bosque, La Maestranza, Villas de la Loma, Villas del Pedregal y Las Garzas (en donde se calcula una población cercana a las 200 mil personas), se ha detectado la presencia de metales altamente tóxicos, como Manganeso, Hierro, Arsénico, Cobre, Cadmio y Plomo.

El problema es de tal magnitud que investigadores del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas de la Universidad Michoacana han detectado la presencia de metales pesados, que incluso superan hasta en un 300 por ciento las recomendaciones que hace la Norma Oficial.

Por ejemplo: en Cerrito Itzícuaro sea detectado alta presencia de Manganeso, Tarehuicho alta presencia de Hierro, Balneario Cointzio presencia de cobre en alto grado, en Asiento de Piedra altos niveles de Zinc, en Cointzio presencia de Arsénico y en San Bernabé niveles altos de Cadmio.

Al respecto, Israde Alcántara destacó que la falta de un tratamiento adecuado a los desecho de todo tipo por los municipios que forman parte de la cuenca del Lago de Cuitzeo, que se vierten al aire libre y no se les brinda una disposición final, ha disparado la contaminación de los mantos freáticos por metales pesados.

En el caso de Morelia se detectaron vertidos industriales y hospitalarios. En el relleno sanitario de la capital se tiene detectada la emisión de gases tóxicos, como metano y lixina generados en las 34 hectáreas del tiradero de Morelia.

Dicho tiradero funcionó en el mismo punto desde 1984 hasta el 2007, y sus residuos están en proceso de compactación. Durante la incineración de residuos, se producen además malos olores y dispersión de partículas a través de la acción del viento.

“La capital del estado genera a diario cerca de 800 toneladas, conformando un volumen aproximado de dos millones 400,000 m3 de residuos. Esa área concentra cerca del 85% de los residuos sólidos de la cuenca, e integra un 72% de las fuentes residenciales, el 83% de actividades industriales, 82% del ramo comercial, el 90% corresponde a fuentes especiales, institucionales y de servicios, y alrededor del 74% proviene de actividades de construcción”, detalla el trabajo de investigación.

En Morelia, la problemática generada por la falta de cumplimiento en el basurero municipal de Morelia desde hace más de 20 años de la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994 (salud ambiental, agua para uso y consumo humano límites permisibles de calidad y tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización), ha desencadenado graves niveles de contaminación de los mantos freáticos y manantiales generados por los residuos que se desechan en esta parte de la ciudad.

La región de Morelia-Capula, en donde se concentran grandes conjuntos habitacionales como Villa Magna, La Hacienda, Del Bosque, La Maestranza, Villas de la Loma, Villas del Pedregal y Las Garzas (en donde se calcula una población cercana a las 200 mil personas), es una de las regiones de recarga de agua más importantes de la ciudad.

En la región existen más de 20 pozos producen alrededor de tres mil 147.7 litros por segundo, lo que se traduce en una producción del 44.7% del total de la ciudad. La tesis de Luis Alberto Verduzco Cedeño da cuenta que en su investigación al menos la mitad de las fuentes de agua evaluadas tiene concentraciones de metales pesados.

“En la actualidad, la mayoría de los rellenos sanitarios disponen de lixiviados mediante lagunas de evaporación que son rebasadas en su capacidad en época de lluvias (como es el caso del tiradero de Morelia), donde se necesita un tratamiento posterior para lograr la recirculación de los lixiviados a las celdas del relleno”, destaca Verduzco Cedeño.

Sin embargo, el investigador lamentó que en Michoacán no se cuente con un proceso de estabilización para evitar la contaminación de los mantos freáticos y acuíferos.

“Es preocupante que en Michoacán se carezca de planes y programas que busquen mejorar la gestión disminuyendo con el ello el impacto ambiental. La falta de mecanismos que rijan el manejo y disposición de los residuos, lo cual repercute directamente en una disminución de la calidad de vida de los habitantes”.