Gobiernos alteran “por moda” estructura urbana en ciudades con patrimonio: Sánchez Reyna

“Ciudades angostas para los vehículos y con banquetas anchas”, es el modelo que para el historiador Ramón Sánchez Reyna prevalece en los esquemas de planeación urbana de los gobiernos municipales en ciudades con patrimonio arquitectónico en el estado.

Morelia, a la que concibe dentro de los “pueblos grandes con patrimonio”, como otras de Michoacán, dice, “han tenido un manejo por modas” en su planeación y adecuación urbanas. Refiere que cuando en Guadalajara optaron por podar árboles de las avenidas, a dejarles sólo una fronda en la parte superior, sin sombra, “de inmediato lo implementaron en Morelia, luego luego le dieron una trasquilada al Jardín de las Rosas, cuando lo que le ha dado una parte de belleza es la fronda de los árboles, el recreo de que puede disfrutar la gente”.

Lo mismo pasó con “angostar calles y agrandar banquetas, poner postes, esto es muy habitual en la Ciudad de México por la Secretaría de Educación, igual vas a un pueblo comercial como Tlaquepaque, han cerrado calles, otras para ampliar ventanas, para sacar comercios de alimentos, de bebidas a la banqueta y generar una mayor oferta y venta de chácharas…”.

Lo mismo en Sahuayo, en Santa Clara del Cobre, en Pátzcuaro, donde Víctor Báez en su gestión como alcalde, dice, “cometió la misma estupidez que en Morelia, porque no tienen conciencia de lo que es ese patrimonio, aunque sean los gobernantes del Ayuntamiento, los regidores, no tienen una conciencia plena, histórica, mucho menos mínima de dónde están sentados, so pretexto de reparar drenajes, angostan la calles aledañas o que comunican las dos grandes plazas, ensanchan banquetas y vimos ya la semana previa a la Semana Santa la aparición de mesas y sombrillas sobre las banquetas”.

En la ciudad lacustre, dice, con un turismo recreativo, cultural y religioso, se carece de una infraestructura para su atención, como estacionamientos suficientes de carácter público, lo que provocaría con ese modelo de desarrollo en sus espacios urbanos, advierte, es “que sigan demoliendo casonas para convertirlas en estacionamientos”. Este modelo de urbanizar, propicia actitudes en los mismos turistas como el que ocupen con sus vehículos las rampas de las banquetas ensanchadas; “sobre una obra no muy bien planeada, hay una reacción inmediata, lógica”.

Estas obras siguen un criterio común, dice. “Hay un empresario vivales que está alerta a plantearle al Ayuntamiento una obra de moda, que en apariencia va a embellecer aún más, es un cuate del alcalde en turno, y esto va a ser un negocio redondo para los dos”.