Especuladores del suelo urbano contaminan y depredan recursos hídricos en Morelia

El agotamiento de los recursos hídricos en el municipio de Morelia se relaciona con un proyecto de expansión urbana en el que los especuladores del suelo han tenido la manga ancha y una legislación “a su medida”, bajo la complacencia de autoridades federales y locales, proyecto en el que se han depredado las cuencas, sus recursos forestales y a la par se contaminan afluentes.

En el evento Diálogos por Morelia Por Nuestro Derecho a la Ciudad, organizado por el Movimiento Ciudadano en Defensa de la Loma, la investigadora Patricia Ávila de la UNAM en su Campus Morelia, señaló que desde 1940 la ciudad de Morelia vive una expansión a costa de la desecación de sus ciénegas y pantanos para favorecer la expansión urbana, lo que afectó la zona de producción agrícola en su entorno e inició una especulación por el uso de suelo que hoy se traduce en que los grupos empresariales, “han planeado a su modo e interés el desarrollo urbano, con una lógica económica de gran lucro para los que se han beneficiado”.

Esta óptica depredadora y de lucro, señaló, ha generado conceptos como el de “metropolización”, proyecto del que se habla desde hace ya 10 años y que implica más que un desarrollo armónico, la expansión de estos intereses empresariales en un mayor espacio y apropiación de los recursos naturales disponibles, sobre todo agua. Charo, Queréndaro, Tarímbaro “y quieren llegar hasta Zinapécuaro”, son los municipios sobre los que a partir de Morelia, dijo, se han focalizado estos intereses, centrados en proyectos de expansión urbana y que afectan a polos importantes de producción de alimentos, como es el municipio de Álvaro Obregón, proyectos en el que como en el caso de Morelia, se privilegian modelos como campos de golf, que requieren de mucha agua para su mantenimiento.

Entre otros factores que citó como propiciadores del uso de los recursos sin control, señaló la liberación del suelo ejidal que a través de las reformas constitucionales permitió su venta, lo que impactó aún más la disposición de recursos y generó otra expansión de la ciudad alrededor de los años 80, con una fuerte presión a la disposición de agua y espacio en torno a las tenencias de la ciudad.

A esta situación agregó el que el modelo de desarrollo derivó en el uso excesivo de las aguas superficiales disponibles, sobre todo con la creación de pozos profundos, tendencia que se mantiene desde la década de los años 60 en el siglo pasado como fuentes importantes de abastecimiento en la ciudad que ha derivado en una sobreexplotación del recurso, tema que ligó con el prácticamente inexistente tratamiento de aguas residuales ya que, dijo, en el caso de la de Atapaneo, ésta se encuentra concesionada a una empresa privada, en tanto que la planta de los Itzícuaros, beneficia en gran medida a la empresa papelera Kimberly-Clark asentada además en el área del manantial de La Mintzita, por lo que sólo se sanea un 60 por ciento del agua que requiere la ciudad.

Sobre esta papelera, Ávila la consideró otro factor de impacto sobre los recursos en el área de Morelia, al utilizar la cuarta parte del agua que necesita la ciudad capital y éste volumen aumentará debido al proyecto de expansión de la misma y que requerirá de mayores volúmenes para su operación, además de que disfruta de una concesión para su uso que ya rebasa los 30 años cuando inicialmente se preveía sólo sería por un año, por lo que la consideró una empresa “chiqueada” por las autoridades estatales y municipales en menoscabo de las necesidades ciudadanas y que generará más contaminantes a través de sus descargas en los ríos de la ciudad, Grande y Chiquito.

Tras reiterar los altos costos sociales y ecológicos que este modelo de desarrollo ha generado, Ávila destacó la expansión urbana hasta nuestros días ha avanzado sobre zonas forestales en la parte alta de la cuenca de Morelia, que impacta incluso ya “zonas de riego, agrícola, que ahora se han urbanizado”, lo que habla incluso de una falta de visión regional en la protección de ríos y ecosistemas que ya alcanza hasta la cuenca de Cuitzeo, con el vertedero de desechos y la falta de saneamiento de aguas residuales.