El santo negocio

Rodrigo Caballero/ @RodCaballero

Morelia, Michoacán. “Son pintados a mano, son únicos, no te vas a encontrar otro igual”, dijo el vendedor anticipándose a cualquier reclamo sobre el precio de las camisetas negras con una pintura de Jorge Mario Bergoglio en el frente.

-¿350?-

-Este 350 y este 300- respondió mientras tomaba una camiseta con una pintura a color y otra en blanco y negro respectivamente.

-Allá las tienen en 150-

-Sí pero son estampadas, estas están pintadas a mano- dijo sin disimular su enojo.

Porque del otro lado del Mercado de Dulces había otras camisetas con la leyenda “Papa Francisco Morelia 2016” con un estampado del padre argentino con un fondo de la Catedral de Morelia con su iluminación amarilla.

Se trata de un fotomontaje que incluye a un sonriente y saludador Papa Francisco mostrando la contraparte de su Anillo del Pescador. Sin embargo, no es el único diseño, hay otro con la Virgen de Guadalupe de fondo y uno más con una catedral rodeada por mariposas monarca, símbolo inequívoco de su llegada a tierras michoacanas.

Pero sin importar el simbolismo, el trabajo manual y único sigue superando a la máquina que imprimió las camisetas de la competencia.

-Solamente alguien que sea muy católico la compra ¿no?- concluyó un camarógrafo desatando la ira del vendedor.

Entre 600 mil y un montón

La cifra exacta de la cantidad de personas que visitarán la ciudad de Morelia durante la visita del Sumo Pontífice es muy variada dependiendo de la autoridad a la que se pregunte, el alcalde de la ciudad, Alfonso Martínez, llegó a plantear que 600 mil personas y con el paso de los días las aumentó hasta un millón.

Los principales funcionarios de su administración se cuadraron ante dicha cifra, otros simplemente aseguran que la ciudad duplicará su población, es decir, unas 900 mil personas más.

Ahora que si se le pregunta al cardenal, Alberto Suárez Inda, este asegura que serán 2 millones de feligreses –ni visitantes ni turistas ni compradores sino feligreses- los que se apersonarán para recibir al Santo Padre el próximo 16 de febrero.

Y los empresarios de las diversas cámaras de comercio en la ciudad de Morelia como la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco Servytur), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Asociación de Comerciantes y vecinos del Centro Histórico (Covechi) se limitan a que serán “un montón” y todos requerirán productos y servicios.

Santo negocio

Mientras el Ayuntamiento de Morelia, a través de la Dirección de Mercados y Comercio en Vía Pública, apenas analiza si será mejor utilizar gafetes o tarjetas para llevar un control de los comerciantes que quieran vender, ya se distribuyen los souvenirs que se estarán ofertando.

Gorras, camisetas, llaveros, milagros, crucifijos y estampas inundan poco a poco el Centro Histórico, sin que ni las autoridades municipales tengan claro por dónde pasará la caravana del Papa Francisco.

Los vendedores consultados por Michoacán TresPuntoCero no temen reconocer que apenas empiezan a subir los precios de sus productos. “Ahorita te estoy dando dos por 250, ya para cuando llegue el papa mínimo 500” dijo una vendedora tomando una camiseta por las mangas.

Otros aseguran que su fe católica no choca con la forma en que se ganan la vida, “no estamos robando, estamos trabajando y así nos ganamos la vida” respondió un vendedor de la Plaza Capuchinas llamado Joel.

La estimación del gobierno municipal es que ingresen 150 millones de pesos en productos y servicios al municipio, pero no el Gobierno del Estado ni las cámaras empresariales han dado una cifra aproximada.

Y es que la llegada de “un montón” de personas significa una oportunidad sin precedentes para que puedan vender, un lujo que no se han dado desde los granadazos de 2008, según comentan los comerciantes de Capuchinas.

-¿Y qué cree que diga el Papa de que venden su imagen en camisetas?-

-No sé si al papa le gusta que hagamos camisetas con su cara, a lo mejor sí a lo mejor no, pero ya nos hacen falta las ventas, ya no veíamos una, ahora sí que es como cuando Jesús corrió a los vendedores del templo, nomás que ahora nos toca a nosotros- respondió Joel y siguió vendiendo.